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Siempre estuvo en el imaginario colectivo que si los padres son gorditos indefectiblemente los hijos van a ser gorditos. Al escribir esto lo primero que se me viene a la mente es Botero donde toda su obra se genera en un universo de obesos. Hay varias verdades que conviven en este tema. La familia de gorditos es muy probable que genere una descendencia de hijos con sobre peso por el mal hábito alimenticio. Estos padres tienen malos hábitos y las cantidades aumentadas. Hasta visualmente el tamaño de las porciones, la cantidad de piezas, trozos, vasos, platos son mayores a otras personas que comen dentro de su peso saludable.
Es así que se sirven más comida, las porciones las piden o las cortan más grandes, toman más bebida ya sea cuando se sirven o compran el vaso más grande y hay veces que repiten la comida en un segundo y hasta en un tercer plato. Al tener hijos y la aparición del instinto de protección natural hacia ellos, hace que todo ese desfasaje de cantidades se traslade igual o sea mayor a la hora de alimentarlos porque ponen en la comida un componente emocional extra asociado al cariño; más comida más te quiero. Varios estudios científicos demostraron que los hijos de padres gordos no están precisamente condenados a sufrir de sobre peso, pueden tranquilamente ser personas con un peso adecuado y saludable a la estructura de cuerpo que tengan.
Todo esto funciona de esa manera si la mala alimentación que tuvieron de muy pequeños no les creo un problema crónico que les dificulte en gran escala lograr un peso acorde. Hay profesionales que indican que un adulto con sobre peso y sin ningún problema crónico de padres gordos, el 33% de su sobre peso es culpable la herencia y el resto corresponde a su habito alimenticio actual. A todo esto se le agrega un reciente estudio donde pone en la mira la calidad y cantidad de alimento que consumen los hombre. Sucede que esos parámetros están directamente relacionados a la calidad de esperma que puedan llegar a producir. Las marcas epigenéticas que se generan en los espermatozoides de hombres obesos y delgados son totalmente diferentes.
Esto lo determinaron los científicos de la Universidad de Copenhague. Realizaron estudios que demuestran que estas marcas inciden en los genes que controlan el apetito de sus hijos. Esto explica el porque los hijos de papás con exceso de peso tengan más tendencia a engordar en comparación a los hijos de papás delgados. Esto es una excusa más del porque debes cuidar por ti y tu presente. Además, el comenzar a transformar tus hábitos hacia algo más saludable es una inversión que haces hoy y que verás sus ganancias a corto, mediano y largo plazo, y sobre todo, estarás cuidando a los que traes al mundo. Infórmate de los alimentos que te hacen bien, pide ayuda a un profesional e incorpora actividad física a tu vida. Si tu familia tiene problemas con el hábito alimenticio, estos cambios que comiences por ti los va a contagiar indefectiblemente y eso hace que para todos los integrantes el camino sea más fácil y placentero. El sentirte y verte bien para ti y para los que te rodean, es mucho más fácil de lo que crees. Recuerda #CuandoSeQuiereSePuede
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