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Programar la mente no sólo se trata de cerrar los ojos y respirar profundo
El ser humano no es una computadora que se programa y así puede ser de una forma determinada o lograr lo que quiera. El ser humano es un ser afectado. Con esto me refiero que tenemos la capacidad de sentir y eso nos afecta para bien y también para mal. Sentimos a las personas, las situaciones y nos sentimos a nosotros mismos.
Todo ese sentir nos modifica los pensamientos, la manera de actuar y en definitiva nos modifica la manera de ser. Ahora bien, sabiendo que no somos una computadora que se puede programar como se quiere, debemos comprender que a la mente sí se la puede programar en un porcentaje, no al 100% pero sí en un porcentaje suficiente que, si la programación se realiza como se debe, los resultados pueden ser increíbles!
debemos comprender que a la mente sí se la puede programar en un porcentaje, no al 100% pero sí en un porcentaje suficiente
Para ser más claro les pongo un ejemplo: una persona en su trabajo tiene un problema con su jefe. Este jefe a veces tiene una mala actitud hacia la persona, situación que le provoca tener una mala reacción cada vez que se presenta ese momento y además le provoca nerviosismo, ansiedad y estrés. Usando una técnica de programación mental o armonización, la persona no puede esperar que cada vez que su jefe tenga esa actitud, en vez de sentir molestia, sienta placer y alegría porque eso no existe, va en contra de la naturaleza humana. Lo que sí puede esperar es que a pesar de la molestia que le provoca esa situación, pueda reaccionar de una forma tranquila que no le traiga nerviosismo, ansiedad y estrés y así poder sobrellevar la relación sin ser afectado en su sentir y en su ánimo.
Reprogramar la mente, no sólo se logra cerrando los ojos y respirando profundo. Ese puede ser el comienzo de un trabajo de programación o armonización. Hay que saber que hay otros caminos. Por ejemplo las rutinas. Instalar rutinas en la vida cotidiana sirve para que la mente tenga anclajes y asocie una situación con una idea. Por ejemplo, si a una persona le cuesta dormir, una rutina que la puede ayudar a conciliar el sueño o por lo menos a estar más tranquila, es la siguiente: primero establecer una hora en la cual se quiera dormir y luego instalar una rutina que comience dos horas antes. Supongamos que se establece que a las 11pm se quiere dormir, entonces la rutina comenzaría a las 9pm. Lo que sigue de aquí en adelante son ejemplos y ustedes los pueden adaptar. A las 9pm toma un vaso de agua, 9:30pm cena, 10pm toma una ducha, 10:30pm se acuesta y hace alguna actividad (leer, mirar la TV, las redes, etc) y a las 11pm apaga la luz y se acomoda para dormir. Al comienzo es muy probable que se quede varios minutos con la luz apagada sin dormir. Pero si la rutina la repite varios días sin dejarse llevar por el resultado que obtenga a las 11pm, va a notar que en un momento el sueño viene y va logra dormir. Esta rutina ayuda a la mente a prepararse porque llega un momento que cuando tome ese vaso de agua a las 9pm la mente ya va a estar sabiendo que debe apagarse lentamente para que a las 11pm termine por dormirse. El sentirte bien, es mucho más sencillo de lo que crees. Recuerda #CuandoSeQuiereSePuede
