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Todos imaginamos estar mejor. Todos queremos mejorar algún aspecto en nuestra persona. Desde dejar de fumar, adelgazar o programar la mente para actuar de mejor manera ante alguna situación, por nombrar algunos problemas. ¿Por qué muchos se quedan en el “quiero” y no pasan a la “acción”? Muchas mujeres, por ejemplo, se la pasan suspirando mientras miran las revistas, la televisión o las redes sociales y pensando “qué flaca que está”, “que bonita se ve” y después de esas frases dicen “claro, tienen dinero para hacerse de todo” o dicen, “tienen una buena genética, por eso se pueden ver así”. Y a los hombres les pasa igual, mientras miran los cuerpos musculosos que tienen otros hombres dicen “comenzaron desde muy jóvenes” o dicen “viven para eso”. Sacando que algunas de esas imágenes pasan por el photoshop, hoy en día, muchas de esas imágenes son lo que se ven y las historias de superación, no son exageradas y cuentan lo que realmente sucedió. Son personas que simplemente se ocuparon de accionar. Salieron de su mundo ideal creado en su mente para hacer de ese pensamiento, su realidad.
¿Por qué muchos se quedan en el “quiero” y no pasan a la “acción”?
¿Cómo hicieron? Sucede que las cosas se hacen, haciéndolas. Sí, es obvia y hasta ridícula esa frase, pero es así. Es sencillo dejar de admirar a otros y ser nosotros los que estamos y nos sentimos mejor. Sólo hay que accionar. Primero hay que informarse y dejar de fundamentar los hechos con lo que creemos para comenzar a fundamentarlos con lo que realmente es. Hay mucha información antigua y desactualizada que de a poco van formando los barrotes de esa prisión mental que nos termina por inmovilizar y creer que lo que vemos en otros es imposible para nosotros. Luego, accionar con pequeños cambios.
Las grandes mejorías no vienen de un día para otro, vienen de una construcción diaria. Y para eso, hay que entender que no siempre es una cuestión de velocidad, a veces es una cuestión de constancia. Desde mejorar problemas internos en nuestro organismo o en nuestra mente hasta un mejoramiento en nuestra apariencia, lleva un proceso donde la mente juega un papel fundamental. También hay que comprender que la construcción mental que se hace sobre alguna mejoría en nosotros, es mucho más veloz que lo que tarda en hacerse realidad en nuestro cuerpo.
Las grandes mejorías no vienen de un día para otro, vienen de una construcción diaria.
Se puede adelgazar sin sufrir; definitivamente, pero la mejoría que podemos fabricar en nuestra mente lleva un tiempo hacerla realidad en nuestro cuerpo. Lo mismo pasa para dejar de fumar o para reprogramar la mente. Que la velocidad con la que llega la mejoría sea más lenta de lo que se pretende, no debe ser un motivo para abandonar el camino. Hay que asumir que a veces se avanza de a saltos y a veces de a pasos. Y en algunas ocaciones se avanza haciendo “medio paso”. Pero medio paso hoy, es un paso mañana. Por eso, el concepto es sumar días donde hacemos alguna acción que nos lleve hacia un cambio positivo. Con el tiempo esas acciones se van acumulando para luego verse reflejadas en nuestro cuerpo y mente. Hacer, hacer y hacer. Mucho, algo o poco, no importa mientras siempre sea hacia la meta que soñamos.
Hay que asumir que a veces se avanza de a saltos y a veces de a pasos.
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